"Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios".
Declaración Universal de los Derechos Humanos. 10 de diciembre de 1948.
Bienvenidos al infierno. Nos sumergimos en las vertiginosas entrañas de un continente con 53 países soberanos, un coloso en el que de sus 700 millones de habitantes, 300 pasan hambre de manera constante. Es el lugar de la tierra donde las guerras son eternas y las hambrunas implacables. Sudán. El cuerno de África, el rostro vergonzante de la humanidad.
Sudán y Orlando, el lugar donde se levanta Celebration, la ciudad que soñó Disney, pueden ser los dos extremos de un mundo injusto. En el país africano la renta per cápita es de menos de 300 dólares anuales por persona (alrededor de 44.100 pesetas), la esperanza de vida apenas sobrepasa los 50 años y las tasas de mortalidad infantil son de más del 75 por mil. En la ciudad norteamericana la renta per cápita asciende hasta los 28.495 dólares (casi 4.200.000 pesetas), la esperanza de vida alcanza los 75 años y la tasa de mortalidad infantil es de apenas un 9 por mil.
En las tierras yermas de Bahr El-Ghazal, el país de las gacelas, en el sur de Sudán, la tasa de mortalidad se ha multiplicado por tres en sólo 10 días. Los niños de dos años sobreviven pesando apenas seis kilos. Piel sobre hueso. Un niño de la misma edad nacido en España pesaría entre 12 y 14 kilos. La desnutrición afecta al 60 % de la población infantil de Sudán, pero en este área sureña la cifra asciende hasta el 81%. En los centros nutricionales instalados por organizaciones humanitarias en Wau, la capital de la provincia, 50 niños mueren cada día.
Naciones Unidas afirma que más de dos millones y medio de personas pasan actualmente hambre en este lugar olvidado de Sudán, y que todas corren serio riesgo de morir. De hecho, más de 380.000 ya se encuentran en estado crítico e irreversible. La piel de la barriga se les tensa como si fuese un tambor, les explota el estomago y, a partir de ese momento, ya no pueden comer ni una galleta. Son almas en pena que sólo aciertan a mojarse los labios con agua. Esqueletos que, incapaces de mantenerse en pie, esperan la muerte tumbados.
La desnutrición es producto de la carencia simultánea de proteínas, energía y micronutrientes. En los niños, a la ingesta alimentaria inadecuada debemos añadir el habitual mal estado de salud. Carecen de alimentos suficientes, de agua potable, de servicios de atención sanitaria, de saneamiento ambiental, de atención maternoinfantil realmente eficaz...
El último informe de UNICEF nos recuerda que la desnutrición está relacionada, de manera directa o indirecta, con la muerte de más de seis millones de niños menores de cinco años que ocurren anualmente en el mundo. Además, los niños con bajo peso al nacer pueden sufrir una disminución del cociente intelectual en unos cinco puntos. Y la anemia por carencia de hierro durante la infancia puede reducir el mismo cociente nueve puntos. La carencia moderada o leve de yodo, la mayor causa de retraso mental susceptible de prevención en el mundo, reduce este cociente en unos 10 puntos.
Una madre llora por su hijo muerto de inanición. En el sur de Sudán ya no tienen fuerzas para celebrar sus entierros tradicionales: tapan el cuerpo con una manta y una bolsa de plástico, cavan un pequeño agujero en el seco suelo y abandonan el cadáver.
En África, la carencia de hierro causa el 20 % de las muertes maternas. Ademas, la desnutrición a edad temprana (incluso durante el periodo de crecimiento del feto) facilita el posterior desarrollo de problemas de salud crónicos, como las enfermedades coronarias, la diabetes y la alta presión arterial.
Operation Lifeline Sudan es el nombre de una de las mayores operaciones de ayuda a Sudán organizadas jamas. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha puesto en marcha un programa que concentra sus esfuerzos en el suministro de alimentos, vacunas y agua potable. Otras Organizaciones No Gubernamentales, como el grupo suizo Solidaridad Cristiana Internacional, han centrado su trabajo en el aún existente tráfico de esclavos: compraron 132 hombres, mujeres y niños en una ciudad del suroeste del país por poco más de 100 dólares el individuo (menos de 15.000 pesetas). Inmediatamente fueron liberados en un lugar seguro. Desde 1995 esta organización ha liberado a más de 800 esclavos. Jon Eibner, portavoz de la organización, reconoce que "las precarias condiciones en que vive la gente, y la dureza de la guerra civil, han hecho resurgir el fantasma del tráfico humano en Sudán".
CRISIS EXTREMA
"Nunca he contemplado una crisis humanitaria tan extrema", afirma Carol Bellamy, directora general de UNICEF, después de una visita a la región afectada. "He visto hombres y mujeres demasiado débiles para alimentarse a sí mismos, y bebés tan pequeños como la palma de mi mano", afirma sin poder ocultar la emoción. El drama que vive Sudán ha golpeado una vez más las anestesiadas conciencias de occidente. España no es una excepción: desde que comenzó la campaña de emergencia de ayuda, UNICEF, Cruz Roja y Cáritas Española han recaudado más de 700 millones de pesetas. Las donaciones a UNICEF se pueden realizar a través del Banco Bilbao Vizcaya. Entidad 0182. Oficina: 2370. Numero de cuenta: 410010033337.
También a mediados de agosto Cruz Roja Española fletó su tercer avión de ayuda para Bahr El-Ghazal, la zona más castigada del sur de Sudán. Su contenido, 36.000 raciones de comida, 1.875 toldos de plástico y 2.400 piezas de jabón, fue repartido en Wau, la capital. Cruz Roja asegura que se distribuye el 100% de los envíos.
Otros no son tan optimistas. Dadas las circunstancias bélicas que se viven en la zona, especialistas internacionales consideran que sería una buena noticia que llegase a las manos de los necesitados un 60% de la ayuda que sale de Occidente. El resto del dinero, los alimentos o el material de ayuda cae en manos de los señores de la guerra, que lo manejan a su antojo. "Es una forma magnífica para alimentar y financiar a un ejército", afirman. En las pasadas semanas, el Gobierno de Sudán ha rechazado un texto en el cual se comprometía a no desviar la ayuda humanitaria.
Ante tales circunstancias, ni siquiera las estrellas del pop pueden resistirse a dar puntuales muestras de solidaridad. "Alejandro Sanz y su Tour Más harán un homenaje a los hombres y mujeres que mueren de inanición en Sudán", reza el comunicado de prensa de la oficina del artista madrileño. "Sensibilizado con las injusticias de la humanidad y los desastres de la naturaleza, (Sanz) dedicará los ingresos de su cuarta y última actuación en Madrid a organizaciones de ayuda humanitaria".
CONFLICTO
En el sur de Sudán, las madres no tienen ningún alimento que ofrecer a sus hijos. Caminan durante 8 o 10 horas para llegar desde sus poblados a alguno de los 24 centros de alimentación levantados en la zona por las Naciones Unidas y el resto de organizaciones humanitarias que trabaja en la región. Recogen su ración de alimento, media calabaza de grano, y regresan por el mismo reseco camino.
Algunos analistas se empeñan en culpar de esta miseria al clima. Se acaba de cumplir el tercer año de atroz sequía. Es decir, cosechas rotas y graneros y estómagos vacíos. Otros recuerdan el embargo económico total que Washington decretó contra Sudán el 4 de noviembre del pasado año, paralizando un comercio bilateral que sólo el pasado año movió 70 millones de dólares (más de 10.000 millones de pesetas). El Gobierno de Estados Unidos acusaba a los islamistas del país africano de apoyar el terrorismo internacional.
Ahora se cumplen 15 años del comienzo de la guerra entre el sur del país, cristiano, y el norte, árabe y musulmán. En los últimos meses los combates han duplicado su intensidad y virulencia. En una guerra a muerte entre la rebelión sudista y el Ejército sudanés, las victimas son los millares de personas desplazadas, hambrientas, sin hogar, sin esperanza, sin futuro.
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